Cada día, la vida nos ofrece una oportunidad para elegir nuestro camino. A menudo, nos movemos en modo automático, siguiendo un ritmo aprendido y dando por sentado que es el único válido. Sin darnos cuenta, podemos estar tomando decisiones basadas en patrones heredados o influenciados por las dinámicas de nuestro entorno familiar.
Estamos constantemente inmersos en un mundo con otras personas, que son parte fundamental de nuestras circunstancias. Leí en cierta oportunidad que «todo lo que vives está ahí porque lo has convocado». Este concepto nos invita a reflexionar sobre la idea de que todo aquello que rechazamos en los demás tiende a volver a nuestra vida una y otra vez.
El ciclo del rechazo y la integración
Imagina que dejas un trabajo porque no puedes tolerar a un compañero. La solución no es si esa decisión es buena o mala, sino reconocer que, si no integras lo que esa persona te reflejó, volverás a encontrar una situación similar con otro jefe, en otra pareja o en un nuevo empleo. Atraes esa experiencia hasta que logras verla y aceptarla.
Cuando nos colocamos en una polaridad extrema y decimos «yo jamás actuaría como esa persona», no estamos viendo que ese «opuesto» también es parte de nosotros. En las constelaciones familiares, se trabaja con el equilibrio de los opuestos, donde la armonía se encuentra en la integración. Decir «sí a todo» significa darle un lugar a todo lo que se nos presenta en este momento.
¿Qué significa integrar?
Integrar significa no juzgar. Se trata de ver las dos caras de una moneda sin dar valor a una sobre la otra. No significa que debas elegir un camino en particular, sino que reconozcas que el otro extremo, la otra «yo» posible, existe y es fundamental para tu crecimiento.
Cuando sientes un profundo rechazo hacia ciertas personas, es posible que, sin saberlo, estés rechazando algo que fue excluido en tu propia historia familiar. Por ejemplo:
- Si en tu linaje hubo hombres rechazados por sus acciones, estos aparecerán en tu vida como parejas, amigos o jefes para que les des un lugar en tu corazón.
- Si una abuela abandonó a su hija, el dolor de esa exclusión podría manifestarse en el presente al sentir un fuerte rechazo hacia una mujer que no se hace cargo de su hijo, reflejando así una herida no sanada en el sistema familiar.
Todo aquello que nos genera una reacción de rechazo nos invita a mirar hacia adentro. Aceptando y dando un lugar a lo que fue excluido en nuestra historia, podemos liberarnos de esos patrones y vivir una vida más plena y consciente